Las joyas de Su Majestad la reina Isabel II

Bajo los terrenos del palacio de Buckingham
existe un refugio para bombardeos convertido en almacén donde se guardan muchos
de los tesoros de la Reina. Hay piedras preciosas que se remontan a los días de
la reina Victoria cuando era Emperatriz de India: esmeraldas sin tallar,
diademas, joyas de Faberge, incluso un elefante con ojos de rubíes y colmillos
de marfil. Las joyas de la Reina tienen, supuestamente, un valor que ronda los
10.000 millones de pesetas, que se desglosan de la siguiente forma: diamantes
por valor de 5.830 millones de pesetas; esmeraldas que valen más de 1.523
millones; perlas por valor de 795 millones; rubíes y zafiros valorados en 715,5
millones.
Aguamarinas brasileñas
El collar y los pendientes de este espectacular juego de
aguamarinas cuadradas fueron un regalo del Presidente y el pueblo de Brasil, en
1953, a la Reina, en el 'Día de su Coronación'. Posteriormente, fue obsequiada
con una pulsera a juego y encargó que le hicieran una diadema de aguamarinas
para completar la colección. Son unas de sus joyas favoritas.
Broche de Alberto
La reina Victoria recibió este precioso broche como regalo
de su marido, el príncipe Alberto, en 1840. Un gran zafiro rodeado de 12
diamantes, que todavía se conoce como 'el broche de Alberto'. El Príncipe
regente también encargó unas copias para cada una de sus hijas y cuando, más de
un siglo después, una de estas copias fue puesta en venta, la reina Isabel la
compró para su hija Ana.
Orbe y cetro
El diamante más grande de máxima calidad del mundo está
engarzado en el cetro del soberano, que significa el poder temporal del
monarca. Además de un diamante Cullinan I de 530 quilates lleva incrustadas
otras 392 piedras preciosas. El orbe representa la soberanía cristiana y, al
igual que el cetro, fue sostenido por la Reina durante su coronación en la
abadía de Westminster, en 1953. Se hizo originalmente para la Coronación de
Carlos II, en 1661.
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