miércoles, 6 de marzo de 2013

joyas de su majestad


          Las joyas de Su Majestad la reina Isabel II





La mayoría de las relucientes piedras preciosas que luce la soberana proceden de las dos matriarcas más formidables de la [Familia Real inglesa]: la reina Victoria y la abuela de la actual soberana, la reina María. Sin embargo, es difícil separar las que son propiedad de la Corona y las que pertenecen a la colección personal de la Reina, debido a la confusión creada por los testamentos de los monarcas anteriores. Eduardo VII dejó la mayoría de sus joyas a su mujer, la reina Alejandra, quien las legó a sus hijos cuando falleció.

Bajo los terrenos del palacio de Buckingham existe un refugio para bombardeos convertido en almacén donde se guardan muchos de los tesoros de la Reina. Hay piedras preciosas que se remontan a los días de la reina Victoria cuando era Emperatriz de India: esmeraldas sin tallar, diademas, joyas de Faberge, incluso un elefante con ojos de rubíes y colmillos de marfil. Las joyas de la Reina tienen, supuestamente, un valor que ronda los 10.000 millones de pesetas, que se desglosan de la siguiente forma: diamantes por valor de 5.830 millones de pesetas; esmeraldas que valen más de 1.523 millones; perlas por valor de 795 millones; rubíes y zafiros valorados en 715,5 millones.

 Aguamarinas brasileñas



El collar y los pendientes de este espectacular juego de aguamarinas cuadradas fueron un regalo del Presidente y el pueblo de Brasil, en 1953, a la Reina, en el 'Día de su Coronación'. Posteriormente, fue obsequiada con una pulsera a juego y encargó que le hicieran una diadema de aguamarinas para completar la colección. Son unas de sus joyas favoritas.

Broche de Alberto


La reina Victoria recibió este precioso broche como regalo de su marido, el príncipe Alberto, en 1840. Un gran zafiro rodeado de 12 diamantes, que todavía se conoce como 'el broche de Alberto'. El Príncipe regente también encargó unas copias para cada una de sus hijas y cuando, más de un siglo después, una de estas copias fue puesta en venta, la reina Isabel la compró para su hija Ana.


Orbe y cetro

El diamante más grande de máxima calidad del mundo está engarzado en el cetro del soberano, que significa el poder temporal del monarca. Además de un diamante Cullinan I de 530 quilates lleva incrustadas otras 392 piedras preciosas. El orbe representa la soberanía cristiana y, al igual que el cetro, fue sostenido por la Reina durante su coronación en la abadía de Westminster, en 1953. Se hizo originalmente para la Coronación de Carlos II, en 1661.

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